Aunque haya pocos vestigios, incluso de las explotaciones más recientes de esta mina, que datan de los años de la Segunda Guerra Mundial y de la de Corea, en este lugar hay documentada una importante actividad, como atestiguan los escasos restos de las instalaciones existentes. Las referencias a una minería y fundición prerromanas incrementan el interés.

Historia

Se conocían y posiblemente se obtuviera ya estaño en estas minas en época prerromana y también romana. En 1920 se aprovechaban mediante calicatas y zanjas, pero tuvieron su mayor desarrollo durante la Segunda Guerra Mundial. Es probable que se haya trabajado a cielo abierto en épocas más recientes, durante la Guerra de Corea, y hasta el primer lustro de los sesenta.
No se empiezan a explotar de forma sistemática hasta el período de 1940 a 1950. Primero lo haría la empresa de capital alemán Montaña, S.A. (o Montana, S.A.) que tenía una estrecha relación con Montes de Galicia, S.A.; Posteriormente lo hizo la Compañía de Minas Sierra de Gredos, S.A., todas ellas bajo el paraguas de la Sociedad Financiera Industrial (SOFINDUS), controlada por los alemanes. SOMAR, S.A. se hace cargo de las minas desde 1943, constituyendo el grupo Baltar las concesiones San Juan, Santa Rita, Inés, Begoña y Nando.
Hasta 1943, la producción de wolframio (y de casiterita) se debió a los aventureros mediante labores muy superficiales. En 1943 y 1944 SOMAR, S.A. obtuvo wolframita y casiterita por el lavado de placeres y en 1944 produjo casiterita mediante trabajos superficiales (excavaciones a cielo abierto, pocillos y labores subterráneas) en la zona de granito mineralizado. En septiembre de 1944 se paró la producción de wolframio y se priorizó la obtención de casiterita, extraída por los aventureros que trabajaban para SOMAR, S.A. y solo en 20 días produjeron 916 kilos de concentrado con un 50 % de casiterita. La Estadística Minera de España (EME) de 1945 indica que es de las pocas empresas de Galicia que sigue mejorando sus instalaciones a pesar de la crisis de la minería del wolframio.

Yacimiento

Estas minas se sitúan en una zona con granitos de dos micas moderadamente leucocráticos, que intruyen en esquistos de la Zona de Galicia-Trás-os-Montes, encuadrándose en la Alineación granítica de Xinzo-Allariz-Chantada. Siguiendo la cartografía GEODE (IGME, 2008) la mina se encuentra en una zona de paso de facies de granito de grano medio-grueso, grueso-muy grueso a facies de grano medio-fino, de edad Carbonífero.
Se indica en IGME (1980) que el yacimiento presenta tres tipologías fundamentales: concentración de minerales densos con casiterita predominando sobre la wolframita en depósitos aluvionares, filones de cuarzo mineralizados, de espesores centimétricos con orientación casi NE-SE, y mineralización diseminada en el granito y pegmoaplitas.
En 1945 se calculaba la existencia de unas 100.000 toneladas de zafras, con una riqueza media de 1,5 kilos de concentrados del 50 % de estaño por tonelada de roca, presuponiéndose la existencia de otras 200.000 toneladas más.

Laboreo

Se trabajaron principalmente los depósitos aluvionares, en menor medida los filones de cuarzo mineralizados, en trincheras y grandes zanjas (Fig. 1) y hacia 1950 se inició una explotación a cielo abierto en la ladera de la masa del granito que presenta cierta mineralización diseminada. En IGME (1980) se indica la existencia de pozos y galerías, entonces inundados.
El todo uno arrancado y estriado se reducía a un tamaño inferior a 150 milímetros y se transportaba en vagonetas hasta la cabeza del plano inclinado (Figs. 2 y 3), que tiene 330 metros de longitud, con una pendiente del 34 %, y por el que descienden con un sistema automotor de doble vía hasta una tolva de recepción (Fig. 4) de 100 toneladas de capacidad, situada en la parte superior del lavadero, en el que se concentra el mineral.
Los preconcentrados obtenidos se sometían a calcinación antes de proceder a la separación magnética para obtener un concentrado de casiterita con una riqueza de un 60 % de estaño, y por otro lado wolframita y minerales ferruginosos.
En la parte alta de la instalación había un depósito con el agua necesaria para el tratamiento de la mena. Se recuperaba gran parte del agua utilizada, para lo que se llevaba a una balsa de finos, en la que quedaban las arenas y lodos, y el agua iba a un depósito decantador desde el que se bombeaba una vez limpia al depósito de inicio. La escasez de agua en la zona en algunas épocas del año impedía el trabajo normal, por lo que se planteaban recoger las aguas de lluvia en varios depósitos situados en zonas altas.
Los concentrados se transportaban en camiones hasta Baltar, para salir luego hacia la carretera Madrid-Vigo.