Las minas de Freixo fueron las más importantes de hierro de Galicia tras las de A Pontenova y Viveiro. Como en ellas, se utilizó un tranvía aéreo para dar salida al mineral extraído. Trabajadas desde antes del s. XV, su explotación industrial se centró en dos épocas diferentes: entre los años 1926 y 1931 y entre 1952 y 1959, llegando a producir cerca de 500.000 toneladas de mineral.

Historia

Aira Pardo (2009) indica que la historia documentada de las minas de Freixo se remonta al siglo XIV, cuando eran custodiadas y explotadas por el primer conde de Lemos. Un primer intento de explotación industrial de estos yacimientos se frustró en 1913 al fracasar una solución que permitiese transportar y dar salida a una producción de 15.000 toneladas de mineral. (Lasala, 1913).
Entre 1924 y 1925, el ingeniero F.W. Cloos, de la “Compañía Minera de Galicia, S. A.”, que había dirigido la construcción del tranvía aéreo de la mina A Silvarosa, impulsó otro funicular para transportar el mineral de Freixo a la estación de ferrocarril de Canaval, en la línea de Monforte a Vigo, y llevarlo al cargadero que la misma empresa, de capital alemán, construía en Rande. Desde ese punto se exportaría mayoritariamente a Alemania. También en 1924, con capital alemán, se constituyó “Minerales de Hierro de Galicia, S.A.”, que explotaría las minas hasta 1931, cuando una huelga acarreó la suspensión de la actividad por parte de la empresa. Hasta entonces, habían producido 239.000 toneladas de mineral (Hernández Sampelayo, 1935 y EME de 1949).
En 1948 se declaran sujetas a expropiación las participaciones en el capital de las minas, dado el predominio del capital alemán en esta sociedad, por cuya razón había quedado intervenida por el Comité de Control Aliado. La EME de 1952 señala la vuelta a la actividad de las instalaciones, tras haber pasado, junto con el cargadero de Rande, a nuevos accionistas. La actividad se mantuvo hasta 1959, año de su paralización definitiva. El número de obreros de estas minas se situó en torno a los 225, con un mínimo de 128, en 1926 y un máximo de 300, en 1931.

Yacimiento

El yacimiento de Freixo tuvo una génesis sedimentaria, formándose en el fondo de un mar somero hace 460 millones de años (Ordovícico Medio-Superior). El mineral primario, siderita (carbonato de hierro), con textura oolítica, se transformó mayoritariamente a magnetita y hematites (óxidos de hierro), en el primer caso debido a la intrusión de diques de rocas ígneas (doleritas), y en el segundo por oxidación posterior (Hernández Sampelayo, 1922; 1935; IGME, 1980; 1982).
La potencia de las capas mineralizadas, de morfología lentejonar, es de 0,40 a 2,5 metros y sus corridas de hasta 2.000 metros. Al estar plegadas, dan origen a cuatro bandas mineralizadas que eran las que estaban en explotación. Las leyes oscilaban entre el 47 % y el 54 % de hierro, con un contenido medio del 1,5 % en fósforo, y las reservas del yacimiento serían de unos 3 millones de toneladas, de las que se explotaron del orden de medio millón.

Laboreo

La explotación fue principalmente subterránea (Hernández Sampelayo, 1935), realizándose por testeros (escalones invertidos) con relleno posterior del hueco producido. El arranque era por medio de martillos neumáticos y explosivos.
El transporte en las minas se hacía en vagonetas sobre raíles, tiradas por caballerías o locomotora. El mineral se llevaba a un depósito regulador de 250 toneladas de capacidad, desde el que se cargaban los baldes del tranvía aéreo. Hacia 1950 se instaló un taller de trituración y lavado, cuyos restos se conservan.
El tranvía aéreo, con capacidad de mover entre 250 y 400 toneladas diarias, era de tipo tricable (dos cables carriles y uno tractor). Tenía una longitud de 7.770 metros, con 78 apoyos intermedios. El depósito de descarga en Canaval podía contener 200 toneladas. Como el desnivel entre las minas y la estación de Canaval es de unos 260 metros, bastaba un pequeño motor para poner el cable en marcha y, una vez en movimiento, el peso del mineral proporcionaba la fuerza motriz.