Descrición

Característico de esta parte de la costa lucense es la presencia de “bolos” en el paisaje. Estas formas son habituales en aquellas rocas en las que su enfriamiento se produce en el interior de la Tierra, como es el caso de estos granitos. Los “bolos” son el resultado de una intensa erosión sobre el macizo granítico, incluso antes de que éste llegue a la superficie, porque no se debe olvidar que los granitos se forman en el interior del planeta. El agua, normalmente de lluvia, comienza a degradar el granito a través de las partes más débiles, que suelen ser las fracturas, hasta convertirlo en una especie de arena que en Galicia se denomina “xabre”. Con el paso de cientos de años el macizo granítico se va erosionando y en medio van a ir quedando zonas donde la erosión no se llegó a completar. Zonas que en el futuro darán lugar a los “bolos”, como los que aparecen a día de hoy en este lugar. Pero también existen otro tipo de formas, tafonis, acanaladuras y pías, resultado de la erosión sobre las rocas graníticas, un hecho que se va a producir tanto por procesos físicos (debido a abrasión o desgaste) cómo químicos (por interacción con el agua de lluvia y la sal), especialmente visibles en las cercanías de Cabo Burela.

Autor
José Francisco Canosa