Duna fósil de Corme

Fue construido para embarcar el mineral de las minas de Vilaoudriz hasta Alemania e Inglaterra, principalmente, siendo la última parada del tren minero. Consistía en una gran viga metálica en voladizo sobre el mar, apoyada sobre tres pilares de mampostería con sillería en las esquinas, y quedando unida a tierra por un puente metálico (ahora reconstruido en madera). Los vagones basculantes descargaban el mineral sobre una vertedera y ésta, a su vez, en el barco. Tenía una longitud en tierra de 23 m y de 32 m sobre el mar. Su anchura de 6 m permitía dotarlo con dos vías, una para los vagones-tolva cargados y la otra para los vacíos. Se podían embarcar hasta 4.200 t/día y contaba con un depósito de mineral de hasta 10.000 t.

La duna está incluida en un depósito de vertiente, no es por tanto una duna “in situ” sino que ha sido removilizada. No obstante, los análisis granulométricos del sedimento permiten asegurar que se trata de un depósito eólico. Fue datado en 83.000 años antes de ahora. Corresponde aproximadamente al máximo descenso del nivel del mar durante la última glaciación. El mayor interés de este depósito es que durante esta etapa, la línea de costa se hallaba situada a unos 30 km de su posición actual y las rías gallegas eran valles fluviales, el clima que dominaba en la costa era un tipo de periglaciarismo húmedo con gelivación de la roca y que durante el deshielo estacional provocaría movimientos de coladas en las laderas que causan una estructura sedimentaria observable. Esta remoción se produjo hacia el final del Pleistoceno entre 18.000 y 23.000 años antes de ahora.