Descrición

Las minas de arsénico de Meirás y Valdoviño utilizaban hornos de calcinación para tratar el mineral y el polvo blanco resultante era el que se exportaba desde Ferrol. Antes de la construcción de este horno se realizó otro cerca de la playa de Mourillá, más primitivo y que estuvo pocos años en funcionamiento. El horno de Lavacerido, construido en los años treinta del siglo pasado y de patente extranjera (Herrenschmit), podía llegar a tratar hasta 50 toneladas de arsénico y sólo resistía dos hornadas, ya que se alcanzaban temperaturas muy altas en su interior.

Autor
José Francisco Canosa