Fue construido para embarcar el mineral de las minas de Vilaoudriz hasta Alemania e Inglaterra, principalmente, siendo la última parada del tren minero. Consistía en una gran viga metálica en voladizo sobre el mar, apoyada sobre tres pilares de mampostería con sillería en las esquinas, y quedando unida a tierra por un puente metálico (ahora reconstruido en madera). Los vagones basculantes descargaban el mineral sobre una vertedera y ésta, a su vez, en el barco. Tenía una longitud en tierra de 23 m y de 32 m sobre el mar. Su anchura de 6 m permitía dotarlo con dos vías, una para los vagones-tolva cargados y la otra para los vacíos. Se podían embarcar hasta 4.200 t/día y contaba con un depósito de mineral de hasta 10.000 t.
La ruta se inicia en el monasterio de Carboeiro, a orillas del río Deza. Se trata de un monasterio románico que perteneció a la orden benedictina, cuya visita es muy recomendable.