Descrición

La mina de Vilarbacú comenzó a explotarse en 1896 y cerró por agotamiento definitivamente en 1958. De todas formas, hubo varios periodos sin actividad. Como se dijo en la introducción, el antimonio se concentra en finas vetas con orientación este-oeste, que encajan en la caliza de la Aquiana. Se formaron en distintas etapas: en primer lugar precipitaron sulfuros de hierro (pirita y calcopirita), y posteriormente, en los huecos dejados por estos precipitó el sulfuro de antimonio, denominado estibina. La estibina suele aparecer como cristales alargados de color gris oscuro, sin embargo, en esta zona los cristales son bastante cortos. Aunque actualmente resulta difícil encontrar estibina en las escombreras, se puede observar que la roca caliza que forma la mayor parte de estas está teñida de color óxido de hierro. Estos óxidos de hierro provienen de la alteración de los sulfuros de hierro, que se situaban junto a la estibina, por lo tanto, estos son los lugares dónde se puede encontrar ejemplares de estibina, con mayor probabilidad.

Actualmente, los edificios se encuentran en estado ruinoso, por lo que es peligroso entrar en ellos. De todas formas, todavía se puede admirar el gran tamaño que tuvieron y su gran magnitud.  El conjunto contaba, como se puede observar, con lavaderos, trituradora, hornos y vivienda.

Vista de los restos de los edificios de la mina con la escombrera de la bocamina visitable al fondo.

Vista de los restos de los edificios de la mina con la escombrera de la bocamina visitable al fondo.

Al final del recorrido se encuentra una bocamina. La galería que se observa tiene una dirección aproximada este-oeste, la misma dirección que las venas mineralizadas. Aunque la bocamina está abierta, hay que recordar que es muy peligroso entrar en una mina abandonada de la cual desconocemos su estado. Frente a la bocamina, hay una escombrera que resulta un óptimo mirador para observar todo el valle, los edificios de la mina, y en la parte alta de estos una torre desde la que partía un cable aéreo (funicular) hasta la bocamina en la que nos encontramos, y hasta otras bocaminas situadas al otro lado del río Quiroga, en la zona denominada el Carballón. Aunque hay más bocaminas, no son accesibles. Las labores subterráneas se desarrollaron con siete niveles de galerías. Es muy peligroso caminar entre la maleza en esta zona, ya que hay restos de pozos mineros, zanjas y canales, por lo que aconsejamos no adentrarse en ella.

Interpretación de cómo era la explotación realizada por el Museo Geológico de Quiroga.

Hay que destacar como los cimientos y las primeras filas de piedra de los edificios son de diabasa o de cuarcita, rocas muy pesadas y duras. Las filas superiores son de caliza, roca menos pesada. Es otra adaptación de las construcciones a las rocas de su entorno.

El pequeño edificio situado al sur de la carretera es posterior, se construyó durante unas investigaciones mineras que se realizaron en la década de 1980.

 

Ruta desde la carretera hasta la bocamina visitable. Modificado del IGN.

Ruta desde la carretera hasta la bocamina visitable. Modificado del IGN.

Autor
ICOG