En el área de Meirás y Valdoviño existieron durante varias décadas, a comienzos del siglo pasado, más de 100 minas de arsenopirita. Un mineral que es fuente de arsénico y que era muy utilizado en Alemania como excelente insecticida. Las primeras minas surgieron precisamente aquí, mediante explotaciones subterráneas y también en superficie, y de ellas extrajeron la arsenopirita que aparecía en diferentes filones de cuarzo. Se sabe que esta arsenopirita tiene contenidos significativos tanto en oro como en plata, que son dos elementos químicos que casi siempre acompañan al arsénico. El origen de los filones con arsenopirita se debería a la circulación de aguas subterráneas muy calientes a través de las zonas de fractura en las rocas, que arrastrarían el arsénico y otros metales hacia la superficie.