Descrición

Fue construido para embarcar el mineral de las minas de Vilaoudriz hasta Alemania e Inglaterra, principalmente, siendo la última parada del tren minero. Consistía en una gran viga metálica en voladizo sobre el mar, apoyada sobre tres pilares de mampostería con sillería en las esquinas, y quedando unida a tierra por un puente metálico (ahora reconstruido en madera). Los vagones basculantes descargaban el mineral sobre una vertedera y ésta, a su vez, en el barco. Tenía una longitud en tierra de 23 m y de 32 m sobre el mar. Su anchura de 6 m permitía dotarlo con dos vías, una para los vagones-tolva cargados y la otra para los vacíos. Se podían embarcar hasta 4.200 t/día y contaba con un depósito de mineral de hasta 10.000 t.

Desde este punto, rodeados de prados, a la derecha se puede ver el valle del río Deza, y en él la planta de procesamiento del mineral, en pendiente, descendiendo desde la zona de la mina más reciente hasta el río. En su entorno se observan otras edificaciones mineras. En esta zona se encuentran las bocaminas de varias galerías mineras que siguen una dirección norte, ligeramente hacia el este (N30⁰E) que es la que tiene los diques mineralizados.

Se conocen explotaciones mineras en esta zona desde época romana (siglos I y II). En 1834 ya trabajaba en la zona una compañía minera inglesa (entonces se denominaban minas de Carbia o de Brea). Las últimas actividades mineras terminaron en 1974, en la mina a cielo abierto que se puede observar detrás del poblado minero que vemos a la izquierda de los edificios de la planta. Durante los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo XX, debido a la alta demanda de wolframio, la mina llegó a tener miles de trabajadores con gran desarrollo económico que influía en toda la comarca (a Fontao le llamaban "Madrid chiquito"). Este auge motivó la construcción del poblado minero.

Autor
ICOG