Descrición

Fue construido para embarcar el mineral de las minas de Vilaoudriz hasta Alemania e Inglaterra, principalmente, siendo la última parada del tren minero. Consistía en una gran viga metálica en voladizo sobre el mar, apoyada sobre tres pilares de mampostería con sillería en las esquinas, y quedando unida a tierra por un puente metálico (ahora reconstruido en madera). Los vagones basculantes descargaban el mineral sobre una vertedera y ésta, a su vez, en el barco. Tenía una longitud en tierra de 23 m y de 32 m sobre el mar. Su anchura de 6 m permitía dotarlo con dos vías, una para los vagones-tolva cargados y la otra para los vacíos. Se podían embarcar hasta 4.200 t/día y contaba con un depósito de mineral de hasta 10.000 t.

 

 

Se trata de una explotación de wolframio en las arenas de la playa de Balarés. Después de la explotación de los placeres auríferos en los ríos de Galicia desde antes del tiempo de los romanos, esta explotación de Balarés constituye la mina secundaria más famosa. La explotación se hacía por separación por densidades de los minerales pesados (wolframita y rutilo) que habían sido concentrados en esa playa por la combinación de la acción eólica, la aluvial y la marina. El enriquecimiento excepcional de este mineral pesado dio vida a una explotación de gran valor, aunque con una duración muy breve.

Playa de Balarés

Situación de las instalaciones de Titania en 1930-1960

Titania S.A. fue una empresa minera gallega entre los años 1930 y los años 1960. La mina fue descubierta en 1935 por Isidro Parga Pondal, y en la empresa participaron los hermanos Fernández López, impulsores de Pescanova y Zeltia. La empresa se dedicó a la explotación del titanio en Balarés, en Ponteceso. En la playa de Balarés se construyó un puerto que aún hoy se puede ver. El titanio era el mineral que oficialmente se extraía de la arena de la playa desde la posguerra. La de Balarés fue una explotación corta en el tiempo con unas reservas poco abundantes aunque muy rica y fácil de beneficiar.

 

Autor
ICOG