Desde este punto de la ruta, hacia el norte, podemos observar los granitos de la zona. En las zonas elevadas y expuestas estas rocas se alteran químicamente a partir de sus fracturas. Esta lenta alteración hace que con el paso de los millones de años el entorno de estas fracturas se arenice, y esta arena sea arrastrada por el agua de lluvia ladera abajo. El resultado son bolos de roca granítica superpuestos unos sobre otros, lo que llamamos rocas acastilladas, como las que vemos en esta zona.
Junto al cauce del río, podemos observar murias de origen romano, similares a las observadas en la mina de Oira. Se trata de un espacio reducido y cubierto de abundante vegetación que dificulta su observación. Es muy posible que todos los depósitos sedimentados por el río Miño en esta zona fuesen, en mayor o en menor medida, explotados por los romanos para extraer oro. El crecimiento de la ciudad en esta zona pudo dañar muchos de estos restos.
En la zona se encuentra otro conjunto de pozas de uso público, con temperatura de emergencia de 60⁰ C. Las aguas de este recinto son aguas de mineralización débil, fluoradas, silicatadas y bicarbonatadas. Existen varias pozas de agua fría y varias de agua caliente.
En la misma orilla del río, frente a las pozas de Outariz podemos ver una zona rocosa. Desde ella y mirando hacia el río podemos ver estructuras cóncavas en los bloques graníticos que sobresalen del río. Son restos de marmitas de gigante, estructuras cilíndricas generadas en el lecho rocoso del río por piedras arrastradas por los remolinos producidos en el cauce del río. El giro de estas piedras en cada remolino erosionan en forma circular el lecho del río, y en un proceso de muchos miles de años, generan una "marmita" cilíndrica.
Como finalización de la ruta se puede visitar el LAIAS Caldaria Hotel Balneario situado a 15 minutos en coche del centro de Ourense. Se encuentra situado en la localidad del mismo nombre a orillas del río Miño. Su acceso se realiza por el kilómetro 586 de la carretera nacional N-120 en sentido hacia Vigo. En la zona se aprecian restos de baños romanos. El uso de estas aguas mineromedicinais se prolongó hasta la Edad Media. A principios del siglo XX se construyó un balneario que quedó inundado por el embalse de Castrelo de Miño.
Cruzando el Puente Romano y siguiendo el cauce del río Barbaña llegamos a las Burgas, las fuentes termales más famosas de Ourense y foco de su nacimiento como ciudad. Se trata de tres manantiales próximos entre sí de los que manan 300 litros por minuto de agua a unos 65⁰ C de temperatura. En la parte alta de los manantiales encontramos el Centro de Interpretación de las Burgas (más información en http://turismodeourense.gal/recurso/centro-interpretacion-das-burgas/).
Este puente construido a principios del siglo XXI posee una pasarela peatonal que llega a situarse 20 metros sobre la calzada. Desde esta pasarela podemos tener vistas sobre la ciudad de Ourense y su entorno. Podemos ver como la ciudad de Ourense está situada en una fosa de origen tectónico cortada por el río Miño. Esta poza tectónica genera un microclima más cálido que las zonas más elevadas de su entorno. También podemos ver como al sur se observan los valles de los ríos Lonia y Barbaña, afluentes del Miño.