Ruta de las minas de Brués
Los trabajos mineros se localizan en torno al contacto entre el granito de dos micas (moscovita, de color claro, y biotita, de color negro) de grano grueso del Macizo de Boborás y los esquistos, cuarcitas y pizarras oscuras del Grupo de Nogueira (Ordovícico). En la zona de contacto entre el granito y los esquistos existen numerosos filones de cuarzo, diques y masas de greisen (roca compuesta por cuarzo y abundante moscovita), aplita (similar al granito pero de grano muy fino) y pegmatita (similar al granito pero con tamaño de grano muy grueso). En la zona visitable, un conjunto de filones de cuarzo de hasta 2 metros de potencia presentan una mineralización de arsenopirita y oro. Estos cuerpos mineralizados encajan tanto en el granito como en los esquistos. El origen de la mineralización fueron los fluidos hidrotermales de alta temperatura (350º C a 800º C), resultado de las últimas fases de consolidación del magma granítico y ricos en sílice (que se solidifica como cuarzo) y en los elementos metálicos que forman la mineralización. El desarrollo de la explotación se realizó mediante galerías a distintos niveles sobre el mismo filón, con pozos de comunicación entre ellas (Figs. 1 y 2). Se fortificaban mediante troncos de pared a pared (estemples adintelados) que se cubrían con tablas de madera (latones) para formar un piso (camada) para el tránsito, excavación y arranque del mineral. Se realizaba una primera clasificación en la misma zona de arranque dejándose el estéril o ganga para rellenar los huecos. El mineral se extraía por los pozos y galerías inferiores. No se llegó a mecanizar significativamente las minas y tan sólo se pasó de extraer el mineral en carretillas a hacerlo en vagonetas por raíles de hierro. No quedan restos de instalaciones, aunque hubo una fábrica de tratamiento del mineral para extraer arsénico y algo de oro.