Minas de Fontao es la denominación que se adopta aquí para referirnos a las minas de Carbia, hoy Vila de Cruces, y a las de Silleda. En el siglo XX constituyeron una de las explotaciones más importantes de Galicia. Durante los años 40, minas como la de Vila de Cruces reunían todos los ingredientes necesarios para ser objeto de una película, ya que no faltaban los presos políticos que redimían sus condenas en las minas, el estraperlo, las mujeres que trabajaban en las plantas de preparación del mineral, las tabernas y las grandes fiestas. Un cóctel de vida y luz en los oscuros años de la posguerra, alimentado por el dinero generado por el wolframio, codiciado por los ingleses y destinado a la Alemania nazi.

Historia

Estos yacimientos se mantuvieron activos tanto tiempo, produciendo concentrados de calidad de estaño y wolframio, gracias a su buena gestión y a su tecnología minero-metalúrgica, a pesar de que la demanda de wolframio, ligada a la industria armamentística, fluctuaba enormemente, dificultando la continuidad de la producción. En la época de mayor esplendor, las minas de Fontao tuvieron dos grupos activos principales: Tiro y Sidón, produciendo estaño y wolframio (desde 1888 a 1974, con paralizaciones esporádicas), en la orilla derecha del río Deza, y Angelita, con producción de wolframio de 1897 a 1918 y  de 1952 a 1956, en la izquierda. 
La compañía inglesa San Finx Mines Limited comienza en 1885 la tecnificación, que siguió con propietarios franceses, entre 1927 y 1940, y con la familia Cort hasta el cierre de la explotación. De 1940 a 1943, las minas se beneficiaron de la llegada de presos políticos, muchos de ellos asturianos -mineros de profesión-, que podían reducir sus condenas trabajando en ellas.
Durante la Segunda Guerra Mundial llegaron a tener unos 3.000 trabajadores, hombres y mujeres. Una vez finalizada la contienda, el precio del wolframio cayó y la mina volvió a un nivel estable de trabajo hasta la Guerra de Corea (1950-1953) que hizo subir de nuevo los precios del wolframio. Durante los años de auge también se disparó la explotación al margen de la ley y el estraperlo.
En 1958, con los precios del wolframio en declive, se inauguraron un poblado minero y un nuevo lavadero, que apenas se utilizaron durante cinco años, hasta el cierre de las labores subterráneas, en 1963. Las viviendas tenían luz, agua corriente y desagües. Además, había una escuela, un cine -que fue el más moderno de Galicia-, y una iglesia. El poblado minero queda en el olvido hasta el año 2000, cuando fue adquirido por la Administración Gallega, y posteriormente restaurado. 
 

 

Yacimiento

La mineralización principal se encuentra en filones de cuarzo que encajan en un granito greisenizado. Según Nesen (1981), los filones mineralizados están asociados a diferentes granitos (exogranitos), relativamente enriquecidos en estaño y wolframio, que habrían sido fertilizados posteriormente por el endogranito portador de la mineralización que da realmente origen al yacimiento económico (Fig. 3). Los granitos encajan en rocas cristalinas más antiguas de los Complejos Alóctonos de Galicia-Trás-os-Montes. 
Existen tres filones principales mineralizados con una continuidad lateral y vertical importante y otros seis de menor entidad. Los minerales metálicos presentes en los filones de cuarzo son abundantes en número y se concretan en la siguiente paragénesis: minerales principales: wolframita y scheelita, como menas de wolframio, casiterita como mena de estaño, pirita, marcasita, arsenopirita y calcopirita. Como minerales accesorios: esfalerita, estannina minoritarias, magnetita, bismuto nativo, bismutina, molibdenita, covellina, pirrotina, wittichenita, hematites y limonita. 
Las reservas totales del yacimiento fueron de 7.000 toneladas de estaño y wolframio. Por ello es, junto con la mina Santa Comba, el segundo yacimiento más importante de España..Se obtuvieron leyes medias de 0,38 % Sn+WO3 en el período comprendido entre 1952 y 1962, cuando se explotaba en subterráneo.

Laboreo

Las primeras labores fueron a cielo abierto y se realizaron muy superficialmente por los aventureros o rebuscadores. En el año 1897 la compañía británica The San Finx Tin Mines Ltd. comenzó la explotación en el interior. El método de explotación tradicional de la mina ha sido el de bancos escalonados, por rebaje. 
Las labores subterráneas se hicieron mediante galerías guía en filón y horizontales, unidas por transversales en granito. La ventilación y el desagüe eran naturales. En 1918 ya se había llegado con las labores, en el grupo Angelita, al nivel del río, suspendiéndose entonces los trabajos, ante la dificultad de continuar por debajo del nivel de desagüe natural.
La zafra arrancada se cargaba en vagones cuyo contenido se vertía a los coladeros a la galería de transporte para conducirla, aprovechando la pendiente del terreno, a las plantas de tratamiento (lavaderos) que había a cada lado del río Deza. Ambas plantas disponían de turbinas hidráulicas para el suministro de electricidad a las minas y contaban con  separación magnética, que se instaló aquí por primera vez en España.
El concentrado de casiterita obtenido se transportaba en carros del país, con eje de madera, arrastrados por bueyes, hasta la planta situada en Carril, a unos 60 kilómetros de las minas, donde también se trataban los concentrados procedentes de San Finx. El concentrado de mineral de estaño se exportaba también a Inglaterra por barco, saliendo del puerto de Vilagarcía de Arousa.
En 1945 se hizo necesario explotar el campo filoniano a niveles inferiores al del río Deza, para lo que se excavó un pozo, por el que además de desaguar con una bomba, se realizaba la extracción de las zafras mediante dos jaulas. Los sobrecostes del bombeo y la caída de los precios de los minerales de wolframio, iniciada en 1960, llevaron al cierre total de las explotaciones de interior en 1963, abandonándose el poblado minero en 1964. Entre 1968 y 1974, el yacimiento se explotó a cielo abierto.