Fue una de las más importantes minas de estaño gallegas, explotada desde el siglo XIX hasta los años 50 del XX. El wolframio contenido se aprovechó especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. Sus abundantes restos mineros son un testimonio evidente de la notable relevancia que adquirieron. 

Historia

Las minas de Presqueiras, mencionadas por Schulz en 1832, fueron objeto de laboreo desde antiguo. A finales del siglo XIX e inicios del XX, los trabajos, hasta entonces superficiales y poco ordenados, se racionalizaron, aunque todavía de forma rudimentaria, por empresas inglesas que exportaban los concentrados al Reino Unido. Según la EME de 1934, la Sociedad de Metalurgia Estañíferas de Galicia, S.A., de capital francés, explotaba la mina de Presqueiras, cuya producción mantuvo hasta 1946 con cifras cercanas a las 20 toneladas al año de concentrado vendible. 
Las circunstancias bélicas, entre 1942 y 1944, hicieron que el wolframio adquiriera mayor relevancia y altos precios, aunque ya en 1945 el estaño recuperó su protagonismo. Sin embargo, las circunstancias del mercado provocaron pérdidas en la empresa, que interrumpió su actividad entre 1946 y 1950. Aquel año, Estañíferas de Galicia S.A. abrió una explotación a cielo abierto que arrendó a otra empresa (Mina Isabel), que produjo 12 toneladas de concentrados de casiterita en 1950, 19,5, en 1951 y 16, en 1952. Fueron las últimas labores porque la explotación cerró definitivamente en 1953.
 

Yacimiento

Se sitúan estas minas en esquistos, grauvacas y paragneises del Paleozoico de la Zona de Galicia-Trás-os-Montes, en los que encajan los abundantes filones mineralizados de cuarzo, pegmatita o de aplita, con orientación N-S a NE-SO. Al caolinizarse el feldespato en las aplitas y pegmatitas, estas masas adquieren un aspecto particular, que se conoce en la región con el nombre de filones de barro. Estos últimos presentan mayor potencia y, al estar alterados, sus menas tienen más fácil arranque y preparación mecánica, por lo que su explotación es más favorable que la de los filones de cuarzo.

Laboreo

Según Urulburu (1857) las labores en aquella época se reducían a zanjones de entrada de los que partían pozos y galerías inclinadas de poca extensión, sin orden alguno: El lavado se hacía manualmente y con bajo rendimiento pero se obtenía un mineral de excelente calidad.
El IGME, para reconocer el yacimiento en profundidad, realizó en 1943 una galería transversal, un pocillo inclinado en la primera masa de barros cortada y una chimenea de ventilación en la segunda. Esta galería se conoce como “Mina del Estado”. 
La EME de 1945 informa que Estañíferas de Galicia, S.A. había montado una central termo-eléctrica para los servicios de la explotación. Las labores se llevaban por entonces mediante galerías en cuatro plantas. Para el arranque mecánico se contaba con cuatro perforadoras de aire comprimido. También estaba avanzada la instalación de un lavadero, más moderno que el de la época inglesa.
En cuanto a la obtención del estaño metal, según la EME de 1939, el concentrado se trasladaba a hornos de cuba en Vigo. Pero en 1945 se prohibió obtener estaño en estos hornos, por las pérdidas de metal en los humos, instalándose entonces un nuevo horno de gasóleo en Redondela y dos eléctricos en Vilagarcía. La EME de 1945 describe el proceso de obtención del estaño en estos nuevos hornos: Tras moler el mineral, se mezclaba con cal y carbón vegetal, pasando la mezcla al horno de reverbero a 800ºC, donde se efectuaba la fusión y reducción. Se sangraba el metal y escorias, pasando éstas a otro horno de reverbero de menor tamaño para recuperación del estaño, y el metal a un horno de afino a 300ºC, al cual se iba añadiendo el estaño procedente de los lingotes obtenidos en el horno de fusión, repitiéndose la operación las veces necesarias para lograr la ley deseada.