Descrición

Mina de wolframio de principios del siglo XX, actualmente abandonada. Presenta restos de los edificios de la mina y de las viviendas de los trabajadores así como abundantes escombreras. No es aconsejable entrar por la bocamina, ya que no presenta ningún tipo de seguridad, así como por las molestias que se pueden ocasionar a especies protegidas que habitan en la galería. Por encima de la bocamina hay una trinchera de dirección aproximada norte-sur, en la cual se pude observar la mineralización. Durante las dos guerras mundiales del siglo XX el wolframio se convirtió en un elemento estratégico, ya que se utilizó para blindar aceros y construir munición. La cercanía de esta mina a una frontera de difícil vigilancia, está a menos de un kilómetro de territorio portugués, pudo ser importante para su rentabilidad, ya que durante la Segunda Guerra Mundial fue muy habitual el contrabando de wolframio con destino a Portugal. Cerca de esta mina, ya en Portugal existe otra mina de similares características, la Mina dos Carrís. La Mina de las Sombras es un yacimiento de origen filoniano, es decir, la mineralización aparece en cuerpos estrechos y largos. Se explota un filón de unos 2 ó 3 metros de ancho y unos 1100 metros de largo, y con una dirección casi norte-sur. La mineralización está asociada a fracturas en el granito, en las que se genera episienitización y se movilizan en fluidos calientes metales como el wolframio y el molibdeno, los explotados en esta mina. Los principales minerales que aparecen son wolframita (wolframato de varios metales), casiterita (óxido de estaño), molibdenita (sulfuro de molibdeno), pirita (sulfuro de hierro), arsenopirita (sulfuro de hierro y arsénico) y calcopirita (sulfuro de hierro y cobre).

Autor
Eduardo González Clavijo