Situada 3 kilómetros al sur de la mina, está completamente restaurada, presentando hoy una variada cubierta vegetal. En su parte alta existe un panel explicativo de la restauración ejecutada, constituyendo este punto un buen mirador de la escombrera y entorno.
La corta está en gran medida inundada formando un gran lago minero. En su borde SO puede verse una llamativa cascada que corresponde al principal aporte de agua al lago minero: el río Porto Pereira. Existen pistas por todo el perímetro del lago, pudiéndose ver, además del embalse, parte de los antiguos bancos superiores de la corta, excavados en la roca encajante, fundamentalmente.
Dado que, en su momento, la dirección de la empresa decidió el desguace de todas las instalaciones y maquinaria de la mina, prácticamente no queda nada, aunque cabe destacar una antigua excavadora frontal de cables junto a los antiguos talleres, en la parte NO del hueco. También, en las proximidades de la antigua planta de tratamiento de aguas perimetrales, quedan restos de los bastidores de las cintas transportadoras de lignito al parque de carbones y de estéril a la escombrera exterior.
Se sitúa al NO de la corta, está restaurada y presenta también una importante cubierta vegetal. Su completa restauración ha hecho innecesaria la captación de aguas perimetrales que se recogían a través de un canal en unas balsas para su tratamiento, en una planta hoy en desuso. Estas antiguas balsas y la planta de tratamiento se sitúan al SO del lago, cerca de la cascada del río Porto Pereira.
