El cargadero de Rande se encuentra en una propiedad privada vigilada, por lo que es necesario solicitar el correspondiente permiso o avisar en la casa que queda en el borde la finca.

Los cargaderos de Rande y Coto Wagner constituyen una significativa referencia de la arquitectura portuaria de los años 20 y 60, respectivamente, del pasado siglo XX y de su uso en relación con la minería, el comercio y la exportación de minerales de Galicia y de Castilla y León.

 

Historia

El cargadero de Rande se construyó entre 1924 y 1926, promovido por Minerales de Hierro de Galicia, S.A., que explotaba las minas de hierro de Freixo (Monforte de Lemos), cuya producción se transportaba por ferrocarril hasta aquí. Según la EME, la práctica totalidad de la producción de estas instalaciones era enviada desde este cargadero a Alemania. La mina de Freixo cerró tras finalizar la Segunda Guerra Mundial (1947), siendo puesta en marcha de nuevo en 1948 por una nueva empresa, Minerales Galaicos, S. A., que operó los yacimientos y el cargadero de Rande hasta su cierre definitivo en 1959. En 1967 se decretó la caducidad de la concesión administrativa del cargadero, que fue abandonado y desmontado, vendiéndose la parte metálica como chatarra. Se estima que durante su vida útil pudieron embarcarse desde este cargadero un total de 500.000 toneladas de mineral de hierro.
La construcción del cargadero de Coto Wagner se llevó a cabo entre 1960 y 1964, por la Sociedad Minero Metalúrgica de Ponferrada, S.A., que lo utilizaría como punto de embarque del mineral de hierro que explotaba en sus yacimientos de León, con destino a Alemania, Inglaterra, Francia y Holanda. El cargadero estuvo operativo desde 1965 a 1974, cuando la crisis mundial de inicios de los setenta llevó a la paralización de la actividad. Román Losada (2009) indica que en los diez años de funcionamiento del cargadero fueron embarcadas un total de 4.322.175 toneladas.

Yacimiento

El yacimiento de Freixo, de donde provenía el mineral embarcado en el cargadero de Rande, se describe como sedimentario, con cuatro capas de 1 a 3 metros de potencia y corridas de más de 2.000 metros, que se depositaron en el mar durante el Ordovícico Medio-Superior. El mineral primario (siderita) se transformó en gran medida a magnetita, debido al metamorfismo provocado por la intrusión de diques de doleritas, y a hematites por oxidación de los niveles más superficiales, con leyes del 51 % en hierro.
El mineral embarcado en el cargadero de Coto Wagner provenía de los yacimientos Coto Wagner y Coto Vilvaldi, situados en la provincia de León. Como los de Freixo, son instalaciones con mineralizaciones sedimentarias del Ordovícico Medio-Superior, pero con reservas considerablemente mayores, tanto de magnetita como de siderita.
 

Laboreo

El cargadero de Rande está conformado por una estructura con tres niveles en la vertical. La vía doble con la que se dotaba al cargadero empalmaba mediante un ramal de 140 metros con el ferrocarril de Monforte a Vigo. Las vagonetas entraban por las dos vías situadas sobre el nivel superior de la estructura en hormigón de 35 metros de longitud, que deja un hueco central rectangular en toda su longitud, lo que permitía la descarga del mineral desde las vagonetas a cuatro tolvas situadas en el nivel intermedio. Desde estas tolvas, el mineral caía a una cinta transportadora que recorría un túnel situado en el nivel inferior y acarreaba el mineral al pantalán metálico en voladizo (actualmente desmantelado) que prolongaba la estructura hacia el mar, con una vertedera de carga a los buques que allí fondeaban. El depósito del cargadero tenía capacidad para recibir hasta 20.000 toneladas de mineral, y a ritmo normal podían cargarse 250 toneladas a la hora.
El cargadero de Coto Wagner es un pantalán metálico compuesto por tres plataformas situadas en la ría, unidas entre sí y a tierra por una estructura metálica que contaba con cintas transportadoras. El mineral llegaba en vagones-tolva por el ferrocarril de Redondela a Vigo a través de un ramal preparado a tal efecto, y los vagones se descargaban en las cintas transportadoras que llevaban el mineral a la zona de atraque y donde, mediante tolvas, se cargaba a los buques. Podían atracar barcos de hasta 45.000 toneladas, que se cargaban a un ritmo de 2.000 toneladas a la hora