Descripción
Las minas de A Silvarosa fueron, junto con las Vilaoudriz (A Pontenova), los yacimientos de hierro más importantes de Galicia. En ellas se extrajeron más de dos millones y medio de toneladas de mineral, con leyes próximas al 50 % en hierro. Destacan, como instalaciones anexas, los restos del cargadero de mineral de A Insua, en las proximidades del puerto de Viveiro, y también del tranvía aéreo para el transporte del mineral desde las minas hasta A Insua, que fue una obra, en su clase, pionera en Galicia. La producción se inició en 1894-95 y se trabajó, con mayor o menor continuidad, hasta 1965, año de su cierre definitivo.
Historia
Hernández Sampelayo (1935) señala que las minas de Viveiro eran conocidas desde antiguo y fueron parcialmente explotadas en el sector de la costa para la fundición de Sargadelos. Sin embargo, la primera producción documentada en la Estadística Minera de España (EME) comienza en 1894-95. Por su elevado contenido en fósforo (entre el 1,1 y el 1,7 %), el mineral de hierro de estas minas fue mayoritariamente exportado a Alemania y Reino Unido, donde la siderurgia contaba con convertidores Thomas capaces de tratar este tipo de mineral.
La historia de las minas de A Silvarosa puede dividirse en tres etapas bien distintas: En la primera, fueron explotadas por la empresa londinense de capital alemán The Vivero Iron Ore Co. Limited y funcionaron de manera ininterrumpida entre los años 1899 a 1914. En este período produjeron 1.640.644 toneladas. Fue en esta misma etapa cuando se construyó el tranvía aéreo que uniría las minas con el embarcadero de A Insua, en el puerto de Viveiro (1899), así como el poblado minero (1906), en el que se alojaban la mayor parte de los 400 empleados de la sociedad.
La segunda etapa, en la que los yacimientos fueron gestionados por capital privado nacional, se inició tras la finalización de la Primera Guerra Mundial, que había paralizado la explotación de este tipo de instalaciones. En 1919, las dificultades financieras que atravesaba la compañía alemana tras la contienda forzaron su venta a la Casa Echevarrieta, de Bilbao, quien las retuvo hasta 1934, fecha en la que las cede al súbdito inglés domiciliado en Bilbao James Campbell, con quien las minas siguieron produciendo hasta 1940. Durante esta segunda etapa se explotaron 517.259 toneladas, aunque hay que reseñar que no registraron actividad en los años 1922, 1925 y 1926. El número de obreros empleados osciló entonces entre los 200 y los 280, según la EME.
Cuando la Segunda Guerra Mundial paraliza de nuevo la explotación, habría que esperar hasta 1951 para que, de acuerdo con la EME, la Sociedad Productora de Primeras Materias, S.A., filial de la Empresa Nacional Siderúrgica, S.A. (ENSIDESA) comprase las minas de Viveiro, iniciándose su última etapa productiva, esta vez con capital público. Tras poner a punto las instalaciones, se reinició la producción en 1953, hasta 1957, año en el que la bajada de los precios provocó una nueva paralización de las minas, que volverían a reanudar su actividad en 1960, produciéndose su cierre definitivo en 1965. En su tercera etapa, A Silvarosa produjo del orden de 415.000 toneladas y llegó a contar con un pueblo obrero formado por unas 350 personas. Las últimas concesiones de hierro que cubrían esta zona de Viveiro caducaron en 1985.
Yacimiento
Ya en la Estadística Minera de 1873 se señala la extensión de las mineralizaciones de hierro de la zona oeste de Viveiro, desde la costa hasta el paraje de Silvarosa, con una longitud de más de 12 kilómetros. Hernández Sampelayo (1935) describe con detalle el criadero de A Silvarosa ilustrando sus descripciones con esquemas geológicos (Fig. 1). La estructura general es un pliegue sinclinal (es decir, cóncavo hacia arriba) inclinado fuertemente al noroeste.
Según Gutiérrez-Marco y Rábano (2014), la mineralización de Viveiro corresponde a una capa de hierro sedimentario de naturaleza oolítica, depositada en el fondo marino durante el Ordovícico Medio-Superior (hace unos 460 millones de años), cuya mineralogía original (fundamentalmente siderita) se halla extensamente transformada a magnetita por el metamorfismo de contacto generado por la importante intrusión de granitoides que se produjo en la región durante la Orogenia Varisca (hace unos 300 millones de años).
Laboreo
Las labores se realizaron a cielo abierto hasta 1908 (Fig. 2), generándose así una gran trinchera actualmente cubierta por la vegetación pero que se puede distinguir en la fotografía aérea y en la cartografía topográfica.
En 1906 se inició la explotación subterránea, con perforación neumática. Los motivos fueron económicos y por la necesidad de aumentar la producción. El sistema de explotación subterránea (Fig. 3) consistió en realizar una galería paralela a la capa de mineral, desde la que se abría una transversal cada 50 metros hasta cortar dicha capa. Una vez en ella, se abría otra galería, una guía, siguiendo el contacto entre la capa de mineral y las pizarras o cuarcitas infrayacentes. Desde la guía se arrancaba el mineral perpendicularmente a la capa, en un ancho de cuatro a ocho metros, dejando macizos de protección entre medias. Una vez extraído el mineral, se iban rellenando los huecos con escombro en seco y se extraían los macizos de protección, cuyos huecos también se rellenaban. De este modo se explotaba una planta de tres metros de altura que quedaba totalmente rellenada y se pasaba a desarrollar los trabajos en la planta inmediata superior.