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El poblado minero de Fontao de construyó a finales de los años cincuenta del siglo pasado por parte de la compañía minera de la familia Cort, que explotaba entonces la mina. Es un bello ejemplo de arquitectura racionalista de esa época. Ya en el siglo XXI la Xunta de Galicia compró el poblado y lo rehabilitó como viviendas, pero no ligadas a la mina.

 

Calle del Poblado Minero de Fontao

Vista de una de las calles del poblado.

Descrición

Fue construido para embarcar el mineral de las minas de Vilaoudriz hasta Alemania e Inglaterra, principalmente, siendo la última parada del tren minero. Consistía en una gran viga metálica en voladizo sobre el mar, apoyada sobre tres pilares de mampostería con sillería en las esquinas, y quedando unida a tierra por un puente metálico (ahora reconstruido en madera). Los vagones basculantes descargaban el mineral sobre una vertedera y ésta, a su vez, en el barco. Tenía una longitud en tierra de 23 m y de 32 m sobre el mar. Su anchura de 6 m permitía dotarlo con dos vías, una para los vagones-tolva cargados y la otra para los vacíos. Se podían embarcar hasta 4.200 t/día y contaba con un depósito de mineral de hasta 10.000 t.

En los antiguos edificios del cine, la escuela y la iglesia, el Ayuntamiento de Vila de Cruces ha instalado un museo de la minería que se puede visitar mediante reserva previa en su web (museomineriafontao.es). El conjunto de poblado y museo son un referente de la minería del wolframio en Galicia durante el siglo XX.

 

Autor
ICOG